El tiempo pasa como la luz, desde que decidí a ser cocinero a mi 28años, ya pasaron 13años. Mientras pude tener maravillosa amistad con mucha gente de todo el mundo, también tuve varias despedidas tristes...
Dos grandes despedidas destacadas para mí después de meterme en este mundo.
Me despedí a mi padre o quizá no pude terminar como debería, le dejé con mi madre sabiendo que él iba a terminar su vida. Disfruté con él últimos 2meses quizá primera vez de nuestra vida como padre e hijo, pero decidí a seguir mi pasantía en España y me marché. 2semanas después él se fue. Tengo gran compromiso de ser buen cocinero con él aunque no hablamos de eso nunca. Por eso para mí cocinar es algo más que sólo cocinar sino siempre estoy preguntando a él sí le gustaría mi plato o no. Es un motivo muy puro, por eso no pienso nunca a estar perezoso en la cocina.
Y ahora debo separarme de mis queridos niños. Por motivo un poco egoistico de nosotros, padres, tuvimos que tomar decisión. Los padres deben estar feliz para que los niños estén felices, eso se dice, pero igual es doloroso. Son unos seres que llevan la mitad de mi sangre, la tristeza de la separación nunca se borrará, así que la llevaré para siempre.
El equilibrio entre las cosas que me gustan y la gente a quien quiero, pues es una gran tarea que me ha dado para aprender.
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